Sabado 6, Agosto 2011 ,
Por fin estreno el canal de aguas bravas de Zaragoza, bajo pelin agobiado ante lo desconocido y por la leyenda urbana que se cuenta.
En Hu. recojo al joven Chencho de la edad de mi hijo el pequeño, al que no conozco y que hemos quedado a través de Internet.
Con las típicas perdidas de tiempo del que ignora las triquiñuelas de la primera vez que va a un sitio desconocido llegamos con el tiempo justo para estar preparados cuando ponen en marcha las bombas. ¡Que estrés! Menos mal que tengo buenos anfitriones que no me dejan ni un momento David y Alberto, marcan los pasos , los stops, las contras, a pesar de todo en el primer descenso, el remolino final se me traga como un barquito de papel sin poderlo remediar y.... a nadar. Con mi autoestima casi en el fondo del estanque inicio el remonte automático (que lujo) para volver a comenzar.
La siguiente bajada la cosa ya ha cambiado radical, hay menos tensión, mas relajo y los fallos son corregidos con los correspondientes “esquimos” como debe ser. Al final se hizo corto, pero una hora no da p’mas, pero es lo que hay.
Buenas instalaciones, infrautilizadas eso si, y mejor compañía que hacen ganas para repetir.
Por fin estreno el canal de aguas bravas de Zaragoza, bajo pelin agobiado ante lo desconocido y por la leyenda urbana que se cuenta.
En Hu. recojo al joven Chencho de la edad de mi hijo el pequeño, al que no conozco y que hemos quedado a través de Internet.
Con las típicas perdidas de tiempo del que ignora las triquiñuelas de la primera vez que va a un sitio desconocido llegamos con el tiempo justo para estar preparados cuando ponen en marcha las bombas. ¡Que estrés! Menos mal que tengo buenos anfitriones que no me dejan ni un momento David y Alberto, marcan los pasos , los stops, las contras, a pesar de todo en el primer descenso, el remolino final se me traga como un barquito de papel sin poderlo remediar y.... a nadar. Con mi autoestima casi en el fondo del estanque inicio el remonte automático (que lujo) para volver a comenzar.
La siguiente bajada la cosa ya ha cambiado radical, hay menos tensión, mas relajo y los fallos son corregidos con los correspondientes “esquimos” como debe ser. Al final se hizo corto, pero una hora no da p’mas, pero es lo que hay.
Buenas instalaciones, infrautilizadas eso si, y mejor compañía que hacen ganas para repetir.
Abracicos Inazio
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